1.- Combatir los pensamientos negativos mediante el cultivo de sus opuestos. Si una persona tiende al pensamiento de avidez que cultive el de generosidad, y si es propensa al de odio que fomente el de compasión, y así sucesivamente.
2.- Frenar el pensamiento negativo, es decir, no hacerle concesiones, sino cortarlo en su propia raíz.
3.- Mirar el pensamiento negativo como un proceso, desde cierta distancia y con indiferencia, sin dejarse atrapar por él, como si a uno no le perteneciera, como si no fuera de uno.
4.- Ignorar el pensamiento negativo, por molesto que sea, y dejar que se agote por sí mismo, aplicando la ecuanimidad.
Para sanar la mente también están los llamados cuatro esfuerzos correctos y conscientes, que son:
1.- El esfuerzo consciente por despojarse de los pensamientos insanos y estados mentales nocivos.
2.- El esfuerzo consciente por evitar que vuelvan a entrar en la mente.
3.- El esfuerzo consciente por suscitar pensamientos sanos y estados mentales positivos.
4.- El esfuerzo consciente por desplegar y manifestar esos pensamientos y estados.
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